Este sábado 4 de junio, desde las 13 horas, participan cerca de 30 barcos en una competición histórica que data de 1964
Retorna a las aguas vizcaínas del Abra una de las clásicas de la vela en el Cantábrico: la XVII Regata SURNE-57º Trofeo Eskarra. Desde este mes de junio y hasta finales de septiembre se celebran varias regatas destacadas del calendario del Real Club Marítimo del Abra-Real Sporting Club, que ya organizó hace unas semanas la ‘III International Women’s Sailing Cup’ de la clase J80. Ahora, una de las pruebas más relevantes para cruceros y barcos de la clase J80 llega este sábado y anuncia que las competiciones punteras de la vela se aproximan al Abra. Fue allá por el año 1964 cuando tuvo lugar la primera edición de este histórico Trofeo Eskarra, un campeonato con mucha solera e historia de la vela vasca. Se cumplen ya 58 años de aquel anhelado inicio (57 ediciones tras suspenderse en 2020 por la pandemia), con cerca de 30 las embarcaciones de las clases crucero y monotipos J80 -con salida programada por el comité de regatas a las 13 horas- que navegarán para lograr la victoria en una regata con mucho tirón entre las tripulaciones, que la consideran como una de las más especiales del extenso calendario del Club de Las Arenas. En esta ocasión servirá también para puntuar en el I Trofeo Engels & Völkers.
Por eso mismo, los regatistas aspiran a inscribir el nombre de su barco en el bello trofeo que levantará el ganador absoluto de un Trofeo Eskarra que surgió en la década de los 60 del siglo pasado por una hermosa iniciativa del que fuera presidente del Real Club Marítimo del Abra-Real Sporting Club, Don Ramón Zubiria, como homenaje a José Luis Azqueta y a su velero ‘Eskarra’. Decenas de unidades de la flota del Cantábrico se dejarán notar en esta XVII Regata SURNE-57º Trofeo Eskarra, consolidada como una de las competiciones más esperadas y que cambió su denominación hace dieciocho años por motivos de patrocinio.
Hace un año, después de no poder celebrarse en 2020 por la pandemia, entre los cruceros se impusieron el Despeinada de Carlos Maidagan en la clase Regata, además de ser el vencedor absoluto; el Kribi de Juanma Pereiro en la clase Crucero I; el Marmotinha de Koldo Báez en la clase Crucero II y el Bacilón de José Miguel Franco en la clase Libre. Después de los tres recorridos entre los monotipos de la clase J80, el primer clasificado fue el Biobizz de José Azqueta.
Historia del Trofeo Eskarra, desde 1964
Desde que lo ganara el Vikingo por primera vez, el Trofeo Eskarra es uno de los más perseguidos por la flota, que navega cada primer fin de semana de junio en busca de inscribir el nombre de su barco en una hermosa copa de las de siempre, orejona y especial. Este año será el 4 de junio cuando alguna tripulación releve a la del Despeinada. Levantará el 57º Trofeo Eskarra que, desde hace más de tres lustros, es patrocinado por la empresa SURNE.
El Trofeo Eskarra es uno de los campeonatos más queridos en el Cantábrico y del extenso calendario del R.C.M.A.-R.S.C. En el año 1964 del siglo pasado tuvo lugar la primera edición de esta histórica prueba, una cita con mucha solera en la vela vasca que nació con una hermosa idea del entonces presidente del Club, Don Ramón Zubiria, como homenaje a José Luis Azqueta y a su velero Eskarra.
Rafa Arbaiza y la anécdota con el ‘Vikingo’
Fue ganado hace 58 años por Rafa Arbaiza y su Vikingo. Así lo recordó en una entrevista el propio Rafa: “Empecé a navegar con el ‘Vikingo’, que se alquilaba, y salíamos a dar paseos por el Abra. Esto era hacia el año 60. Con el Vikingo ganamos el I Trofeo Eskarra. Fue un triunfo fabuloso. Es una prueba en memoria de José Luis Azqueta, el padre del que fue presidente del Club, José Luis Azqueta Galíndez. Íbamos Paco Crooke, que era el patrón, además de Álvaro ‘el Doctor Bernal’, Javier Cerero ‘Pituso’ y yo, ‘Rufo’. Recuerdo que fueron tres regatas: una hasta Plentzia, otra hasta Castro, y un triángulo por el Abra. No estaba construido aún el super puerto, y se hizo un triángulo de 15 millas entre La Galea y Punta Lucero. Llegamos, nos dieron la entrada y nos dijeron que habíamos ganado. Había que dejar una baliza por estribor, pero nosotros nos colamos y la dejamos por babor porque no habíamos leído bien las instrucciones. Y como éramos honrados y buenos deportistas, al enterarnos de eso, se lo comentamos al presidente del jurado, Don Ramón de Real de Asúa, que nos dijo que no nos descalificaban por haber sido tan nobles”, rememora.